¿Qué es el amor? Una definición para esta era
- J. L. Benítez
- 17 sept 2020
- 5 Min. de lectura
Para Cir "La gorda"

¿Qué es el amor? Definir el amor es una tarea estéril, quizás algunos dirían hasta de mal gusto, pues de cualquier definición de este concepto solo nos salen poesías baratas que se convierten en éxitos musicales o conceptos filosóficos tan profundos y esquivos que no le queda otra cosa al lector que aceptar dócilmente por temor a sonar ignorante si difiere con el sabio o sabia erudita en turno que lo defina. Sea cual sea el camino el destino es el mismo se llega a un concepto cuasi vacío que termina siendo llenado por las experiencias personales de cada uno.
Quizás por esta razón muchos tras escuchar a José José o Arjona - les juro no es mi caso-. creen haber descubierto todo aquello que define la experiencia de amar. Ese es un punto muy importante, el grueso de la sociedad recibe sus definiciones conceptuales del amor, sin darse cuenta de la cultura popular; de las canciones, películas, novelas y ocasionales artículos chistosos en revistas de chismes.
De entrada, les digo, sería absurdo pensar que eso es malo, seria asumir que existe una cultura “elevada” propia de académicos, científicos y grandes pensadores que pueden definir algo tan complejo, tan personal, tan de cada uno. Sin embargo, comúnmente caemos en esa falacia de autoridad, de asumir que ciertos grupos de personas ya sean celebridades o grandes pensadores son aquellos que dan la verdad.
Desafortunadamente yo no puedo aspirar a darles en este pequeño ensayo de menos de tres cuartillas ni una canción ‘hit’ musical ni el próximo ‘Bestseller’ recomendado por Krause, simplemente les daré las reflexiones producto del despecho y la aspiración de construir algo distinto a estas formas de entender las relaciones sentimentales fuertemente marcadas por el romanticismo rancio o el hedonismo liquido propio del capitalismo tardío.
Creo firmemente que, el tener una idea del amor nos sirve de guía de nuestro comportamiento de pareja. Es decir, cuando se nos enseña a pensar en el amor como “una sumisión libremente impuesta” como decía Octavio Paz es probable que nos enfrentemos a situaciones donde sedemos nuestras convicciones, gustos o incluso nuestra integridad con tal de permanecer con la persona amada o que, en el afán de obtener el triunfo de ser amado como diría Ovidio esa conquista de la persona objeto de nuestro deseo, nos armemos con todo un arsenal de herramientas y consejos con tal de obtener una satisfacción como si de una guerra se tratara, sin tener en cuenta la consecuencia de la derrota y la derrota siempre está presente en cualquier conflicto. Creo que las consecuencias de ser perdedores nunca habían sido tan evidentes como en esta época.
Por ello, quisiera partir con la definición que me ha causado revuelos personales para posteriormente profundizar en sus asegundes:
El amor es el acto de donación de existencia mutua entre los seres. Ocurre en diversos momentos y es experiencial, desvanece y requiere de la confabulación de una donación de existencia mutua entre dos o más entes que se redescubren en calidad de seres amados.
Se que esta definición corta de un párrafo es que confusa y quizás genere muchas cejas alzadas, así que desglosare. El primer punto para ello tengo que valerme de referenciar a uno de los filósofos más influyentes del siglo pasado Martin Heidegger, para este pensador la existencia lo que da fundamento de ser es el acto de darse cuenta del ser en su finitud, ósea cuando uno se confronta con la única certeza que da la vida, la muerte. Para este autor el ser humano es el único capaz de descubrirse a sí mismo como ser para la muerte y ser entre los entes a los cuales dona existencia en cuanto a que les dota de categorías, existencia como cosas cognoscibles, no quiere decir que sin los humanos el mundo no exista, pero implica que este no podría ser conocido como lo conocemos sin lo que los seres piensan de él.
La propuesta que nosotros hacemos es que el amor no es una cosa que se tiene y que se encuentra en un “otro” sino algo que se construye en este acto de realización mutua. En sacro español, se requieren dos o más personas que participen del acto de amarse, es importante remarcar el acto de que es algo mutuo pues el hecho de uno desear a alguien no implica que emerja el amor, sino más bien un deseo de una de las partes. Así mismo uno puede caer en el caso contrario de saberse el objeto de deseo de alguien, pero no profesar ni sentir nada que permita esta donación a dicha persona.
Aquí vemos entonces la famosa ‘Zona del amigo’ o comúnmente conocida como ‘Friend zone’ una maldición para muchos, pero todo emerge de la búsqueda continua y obsesión sobre alguien que no siente lo mismo a nosotros. Curiosamente es algo que aqueja a muchos hombres y mujeres que, convencidos que su ser deseado en algún momento va a voltear a verlos con ojos de amante insisten y se conservan en una posición de complacencia, sin entender que el amor no es algo que emerja por que uno lo busque y haga por conquistar, sino que simplemente surge, a veces en lugares que dejamos de mirar por obsesionarnos con alguien.
Para el caso contrario, en alguna ocasión una querida amiga comentaba: “¿por qué no puede gustarme alguien que siempre es lindo conmigo y solo lo veo como amigo?” la respuesta es por que simplemente no emerge en ti ese sentir y eso no puede forzarse con regalos o maravillas, sobre el amor no se manda con razones es aquí donde radica el problema de la Friendzone se tratan de imponer razonamientos: “si hago tal cosa ella o el me voltearan a ver de otra forma” sin embargo sobre la atracción no hay actos o razonamientos que importen.
El amor como donación permite entender que es el entregar algo que sobra de la existencia misma, no un acto de complementar la falta no es buscar “la media naranja” sino de construir con lo que uno es y recibiendo lo que el otro es un vínculo, un arco como en las catedrales donde en el punto medio se encuentra la tensión que mantiene junta a tan bella cúpula. Es un punto donde después como veremos más adelante, en este se edifican todas las demás cosas, una vida de pareja, un plan de vida conjunta, una familia.
No quisiera cerrar este primer texto sin antes darles una sugerencia, en cuanto al amor vivan, sufran y cada segundo con la cosa amada despierten, abran los ojos con la sensación de acercase a una revelación divina, pues en cada caricia, en cada cena o mañana apacible y noche intranquila se experimenta el acto de amar y ser amado por otro ser.
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