El nihilismo jurídico
- J. L. Benítez
- 24 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Me gustaría mi estimado lector que nos imaginamos la vida de un pequeño abogado imaginario, le llamaremos Hugo o quizás Juan. Bueno, eso no importa mucho lo que importa es imaginarnos el día a día del pequeño Lic en derecho. Imagina su rutina ir día tras día a los juzgados de lo familiar donde todos los asuntos vistos ahí son uno cada vez más monótono que el anterior, claro, ningún caso es igual a otro y en cada uno hay peculiaridades, vidas inmersas que luchar por encontrar un poco de justicia en sus rotas relaciones maritales o de familia en general.
Sin embargo, en la marea en la que se desahogan los juicios en el cotidiano jurídico dan la ilusión de que los operadores jurídicos se vuelven rígidos y comienzan a aplicar formulas cuasi de algoritmos más que el tratar de dar justicia a cada ser humano, a cada historia que se acerca a ellos.
Eso me recuerda a la famosa leyenda griega de un gran rey, Sísifo de Efira (actual Corinto) este rey era el hombre mas sabio e inteligente de la época, tal era su habilidad que en una astuta treta logro engañar a los dioses de la muerte para que le permitiera regresar a la vida. Tras esta osadía Zeus lo condenó a cargar una piedra por una colina y siempre que este estuviese a punto de llegar la piedra volvería a caer por la colina para el volviera realizar aquella monótona tarea una y otra vez. El castigo a la inteligencia y sabiduría que desafiaba a los dioses era pues la monotonía.
Años después el filosofo Albert Camus uso este mito griego para manifestar de una forma elegante y poética la reacción ante el absurdo de aquella tarea, quizás nadie de nosotros carguemos piedras por colinas, pero la vida moderna nos sitúa en rutinas repetitivas a cargan con las pesadas piedras de la vida cotidiana. Pero más allá de la tristeza la invitación del existencialismo es imaginar a Sísifo feliz, libre por un instante en que la piedra cae de nuevo por aquella colina del tártaro. (Camus, 2014) .
Esta invitación es una reflexión presente en el pensamiento existencialista y Niezscheano que a groso modo implica dotar de significado la monotonía, ver el absurdo y apropiarse de este para cargarlo de un sentido bello propio. Quizás nuestro pequeño Lic. pueda extraer algo de ese pensamiento, rebelarse contra la cotidianidad y encontrar en cada caso un poco de la añorada justicia, la clave esta en no dejar de ver la belleza y el sentido en las tareas cotidianas.
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